Capítulo 891
Todos los habitantes del pueblo del Monte hablaron de tres cosas.
La primera era sobre la adopción. La maestra Yareni quiere adoptar a Félix, y el novio de la maestral Yareni también vino.
La segunda era sobre ver peliculas. El novio de la maestra Yareni trajo a alguien para proyectar una película para ellos, en aquel entonces el pueblo era muy pobre, nadie tenía televisores, así que fue la primera vez que vieron una película, algo muy raro y curioso para ellos.
La tercera era sobre la tormenta. El día que la maestra Yareni iba a llevarse a Félix, comenzó a llover torrencialmente, casi como si fuera a derrumbar la montaña, fue realmente aterrador.
Sobre la adopción y la tormenta ya sabían, pero lo que realmente les interesaba era lo de ver películas. Los aldeanos decían que la persona que trajo la película fue Tiberio, quien tenía más o menos la misma edad y claramente parecía de la ciudad por su vestimenta limpia y a la moda.
Él proyectaba películas por la noche para los aldeanos y durante el día tomaba fotos y grababa videos de los aldeanos y los niños como recuerdo.
En aquel entonces, Yareni vivía en la escuela, y Tiberio también.
La persona que proyectaba las películas se quedaba con Tiberio en la escuela.
Los aldeanos decían que tenía un buen carácter, siempre estaba bromeando con Tiberio, parecían buenos amigos.
Tiberio siempre llevaba a esta persona cuando hablaba con los padres adoptivos de Félix sobre la adopción.
Tiberio, preocupado por si los padres adoptivos de Félix causaban problemas en el futuro, le pidió que grabara un video como evidencia.
¡Esto era una información crucial!
Esta persona vivía con Tiberio en la escuela y además tenía una cámara de video.
¡Podrían averiguar muchas cosas a través de él!
Así que los tres pequeños comenzaron a investigar a esta persona, y pronto descubrieron toda su información.
La persona se llamaba Hugo García, era un amigo de Tiberio desde sus días de estudio en el extranjero, tenían una buena relación, estudiaba derecho y le gustaba la fotografía.
También vivía en Puerto Rafe.
A solo media hora en coche del Jardín Número Uno!
Ledo estaba emocionado, “¡Hermano, vamos a buscarlo! ¡Ahora mismo!”
Laín asintió, García era una pista importante, seguramente podrían descubrir nueva información.
Pero antes de salir, Laín llamó a Aspen. Sᴇaʀch Thᴇ ƒind ηøᴠel.nᴇt website on Gøøglᴇ to access chapters of novels early and in the highest quality.
Nadie contestó, así que le dejó un mensaje de voz explicando la situación.
En este momento, era crucial mantenerse en comunicación y compartir pistas para avanzar en el caso.
09:43
Capítulo 891
Y ahora que la huerta se había relacionado con drogas, Laín era aún más cauteloso, aunque tener a Ledo con él significaba que no había que preocuparse por la seguridad, pero aún así, quería informar a Aspen para que no se preocupara.
Media hora después, el conductor de la familia Bello llevó a los tres pequeños al complejo de García.
Antes de bajar del coche, Laín ya sentía que algo no estaba bien.
Abajo en el edificio de García, había dos coches de policía y una ambulancia, junto con una multitud de gente mirando.
Estaban agrupados, hablando entre ellos, claramente había pasado algo grande.
Un mal presentimiento de repente se apoderó de él…
Justo cuando Laín iba a bajar para investigar, dos policías salieron corriendo del edificio, claramente apurados,
“¡Permiso, permiso, no bloqueen el camino…!”
Los policías abrían paso, seguidos de cerca por médicos que llevaban una camilla.
En la camilla estaba, de hecho, la persona que buscaban: ¡García!
García estaba gravemente herido, cubierto de sangre en su cuerpo y cabeza, inconsciente.
Laín y Miro fruncieron el ceño. “¡Dios mío!”
¿Sería que alguien más había descubierto la pista de García y se les adelantó para silenciarlo?
“¡Rick!” Ledo de repente gritó.
Antes de que Laín y Miro pudieran reaccionar, Ledo ya había abierto la puerta del coche y corría hacia la multitud.
Rick, con una máscara y una gorra, estaba entre la gente y frunció el ceño al ver a Ledo.
Bajó más la visera de su gorra y rápidamente se dio la vuelta hacia la puerta de otro edificio.
¡Ledo también entró corriendo!
Una vez que Laín y Miro reaccionaron, también saltaron del coche para seguirlos.
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