Capitulo 784
“Dios mio, cuatrillizos, y todos tan guapor Esto si que da envidia, no me extraña que mi esposo últimamente esté insistiendo tanto para que nuestro hijo nos dé un nieto Yo también quiero un nietecito!”
“Pero be escuchado que, excepto Miro, los otros tres fueron criados por Carol, ¿cómo es que una mujer corriente logró criar a los niños con tanto carisma?”
“Hay que decirlo, en cuanto a criar hijos, Carol se lleva las palmas!”
Los Bello escucharon esto y se molestaron, frunciendo el ceño dijeron,
“Ellos tienen suerte de haber heredado los buenos genes de nuestra familia, ¿qué tiene que ver Carol con eso?”
Las demás señoras se quedaron calladas, pero por dentro se burlaban:
La familia Bello tiene muchos descendientes, ¡y no todos han sido criados asi de bien!
Carol, con los ojos y el corazón puestos en sus hijos, no escuchaba los comentarios de los demás y se apresuró hacia donde estaban los niños.
Ledo y Luca se adelantaron corriendo hacia ella, gritando, “Mamá!”
Carol se agachó para abrazar a Ledo y Luca, luego miró preocupada a Lain y Miro, “¿Están bien? ¿No se han lastimado?”
“Estamos perfectamente.”
Si ellos no hubieran querido venir, ¡los hombres de Paulo nunca habrían podido. traerlos!
Por no mencionar que los guardias de seguridad que Aspen había contratado estaban vigilando en el hospital. Incluso solo con Ledo, ellos no habrían podido. manejarlo.
Los niños tenían planes para hoy, si la gente de Paulo no los hubiera traido, habrían venido de todos modos.
Carol, con los ojos enrojecidos, los miró uno por uno, asegurándose de que los cuatro estuvieran sin heridas. Solo entonces se tranquilizó, pero no pudo evitar preguntar,
“¿Por qué están vestidos así?”
Ledo respondió: “Hoy es un gran día, el hermano mayor dijo que deberíamos
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vestirnos de gala, Luca nos escogió la ropa, ¿verdad que nos vemos bien?”
Se ven muy bien!” Carol respondió con ternura, y luego preguntó, “¿Qué celebran hoy?”
Ledo sonrió con misterio, “Ya lo verás, mamá.”
Justo cuando Carol iba a seguir preguntando, una señora de alta sociedad interrumpió,
“Sr. Bello, ¿esta es tu esposa Dalia Paz? ¡Qué hermosa es! Y los niños, todos tan bien parecidos. Aspen, eres increíble, sin hacer ruido ya tienes hijos, ¡y cuatro de un tirón!”
La señora era amiga de Margarita Bello, claramente había hablado con intención, siguiendo su juego.
Carol se quedó atónita, “¿?!
¿Aspen? ¿Esposa? ¿Dalia Paz?
Ella giró para mirar a la señora y luego a Aspen,
“¿De qué está hablando?”
Aspen bajó la mirada hacia ella, frunciendo el ceño con una expresión complicada. Estaba a punto de hablar cuando la señora, con entusiasmo, levantó a Carol y dijo sonriendo,
“Tienes mucha suerte, el señor Bello es considerado el esposo perfecto por todos, guapo, en forma y rico. Debes haber salvado la galaxia en tu vida pasada para ser tan afortunada en esta. Tu nombre también es muy’elegante, Dalia.”
Carol frunció el ceño, “No me llamo Dalia Paz, me llamo Carol Paz.”
“¡Ah?!” La señora fingió sorpresa, “¿No eres Dalia? Pero había escuchado que la esposa del Sr. Bello se llamaba Dalia Paz. Señor, si ella no es tu esposa, ¿entonces quién es?”
Claramente, si no era la esposa, tenía que ser la amante.
Aspen se puso pálido, lanzando una mirada mortal a la señora
Ella rápidamente cerró la boca, disculpándose con Carol, “Lo siento,.me equivoqué de persona.”
Dicho esto, se retiró rápidamente, pero no sin antes lanzar una mirada cómplice a
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los Bello.
Aspen, por el momento, decidió ignorarla, centrándose en Carol, “Carol…”
“¿Cómo te llamas realmente?” Carol estaba casi sin aliento.
Aspen tragó saliva antes de atreverse a decir la verdad, “Aspen, me llamo Aspen