Capítulo 524
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Vale, dame un momentico mientras me arreglo, pero primero les prepararé un café.”
Carol se levanto y fue a la cocina, preparando varias tazas de café.
Había subido la calefacción al máximo, y el calor dentro de la casa era insoportable. Apenas llevó el café, todos comenzaron a beberlo sin reparos.
“Tômense esto mientras recojo unas ropas y me llevo a Miro con ustedes.”
Dicho esto, Carol volvió a su habitación.
En la habitación de los niños, un grupito estaba usando la cámara de seguridad del salón para espiar.
Ledo
preguntó, “¿Qué está pasando? ¿De verdad le pasó algo a Aspen? ¿Mamá realmente se va a llevar a Miro con ellos?”
Lain respondió, “Aspen está bien, ya le pasé las pruebas. Lo de asignar un tutor antes de morir debe ser solo un señuelo.
Mama seguro que ya se puso en contacto con Abel, está ganando tiempo. No me sorprendería si puso algo en el café.”
Mamá quiere dejarlos a todos inconscientes?”
“Si. La preocupación se notaba en el ceño fruncido de Laín, claramente no muy convencido con el plan de Carol.
No todos beberían el café, después de todo.
El plan de mamá era demasiado ingenuo.
Justo como Lain terminó de hablar, algo sucedió en el salón.
Aquellos que bebieron el café comenzaron a desmayarse, pero Dam y Paulo no fueron afectados.
Dam no había bebido el café por parecerle de mala calidad.
Paulo, siempre cauteloso, cuando estaba fuera, nunca bebía nada que no sea preparado por él mismo, así que ambos se salvaron.
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Y así, el plan de Carol fue descubierto.
Dam, furioso, llamó a todos los guardias de seguridad,
“¡Esta desgraciada intentó drogarnos! ¡Agárrenla! ¡Y busquen a Miro!”
“¡Bum!” Un guardaespaldas pateó la puerta de Carol.
Al darse cuenta de que su plan había fallado, ella salió corriendo de su habitación para bloquear la puerta del cuarto de los niños.
“¡No pueden llevarse a Miro! No importa qué problemas tengan con Ape, Miro es inocente. ¡Él es solo un niño, no sabe nada, él… ah!”
Carol fue empujada bruscamente por Dam antes de poder terminar.
“¡Fuera de mi camino! ¡Desgraciada! ¡Cómo te atreves a drogarnos, te has cansado de vivir!”
Carol chocó contra el mueble donde estaba el florero, golpeándose la cabeza contra la esquina de la mesa de café.
La cabeza le sangraba, y el dolor casi le saca lágrimas, pero ignorando eso, se levantó, dispuesta a bloquear la puerta otra vez, ¡pero fue retenida por dos guardaespaldas!
Dam recogió un pedazo del florero roto y le cortó el cuello a Carol,
“¡Si te atreves a interferir de nuevo, te mato!”
La sangre empezó a brotar del corte, pero por suerte no era profundo, de lo contrario, hubiera sido fatal.
Carol, ignorando el dolor y con los ojos llenos de lágrimas, luchaba desesperadamente,
¡Sí le hacen algo a mis hijos, los mato! ¡En serio, los mato! ¡Ninguno de ustedes saldrá de aquí!”
Los niños, impactados y furiosos, olvidaron las instrucciones de Carol y corrieron hacia la puerta de su habitación.
¡Se atrevieron a empujar a su mama, muy bien!
¡Se atrevieron a herir a su mamá con un pedazo de cerámica, muy bien!
¡Se atrevieron a hacer llorar a su mamá/muy bien!
¡Se atrevieron a hacer sangrar a su mamá, muy bien!
¡Estas personas, realmente eran increíbles! ¡Increíbles! ¡Increíbles!
Los cuatro pequeños estaban furiosos. Ledo fue el primero en llegar a la puerta. No quiso perder tiempo girando la manija y pateó la puerta con fuerza.
De repente