Capítulo 133
Aspen levantó súbitamente sus pestañas y la miró fijamente,
*…Escuché que antes estudiabas diseño en la Universidad de Puerto Rafe, que no tiene nada que ver con la psicologia infantil. ¿Cómo es que de repente sabes de curaciones?”
Carol se sorprendió, “¿Investigaste sobre mi?”
Aspen la miró directamente, admitiendo sin rodeos y sin sentirse culpable en lo más mínimo.
El corazón de Carol de golpe se le subió a la garganta,
“¿Qué más descubriste?”
¿Tienes algo que temes que los demás sepan?”
¡Claro que sí! Ella temia que él descubriera a sus hijos..
“¿Investigaste investigaste también a mis hijos?!”
Aspen sabía que ella se ponía nerviosa por sus hijos, así que esta vez no se atrevió a provocarla con eso y le dijo la verdad, “No.”
“¿De verdad no?”
Aspen… *¿Quieres que lo haga?”
*¡No! Ellos son solo niños, ¿para qué vas a investigarlos? ¡Yo yo tengo miedo de que les hagas daño, después de todo, tienes antecedentes!”
Ella sacó a propósito el incidente en el centro comercial del día anterior para desviar su
atencia p
Aspen frunció el ceño, “Ayer fue un accidente, yo estaba enfocado en ti, no en tu hijo, no le hice daño.”
¡Hasta decir que estaba enfocado en ella lo decía con tanta seguridad!
Carol lo miró fijamente y, tomando aire en su interior, se tranquilizó al saber que no había investigado a los niños.
Al siguiente segundo expresó su descontento,
“¿Qué te pasa, por qué me investigas? ¿Sabes que eso es una invasión a la privacidad de las personas?”
Aspen, molesto,
“Si uno actúa correctamente y con dignidad, entonces no debe temer a ser investigado.”
“¿Qué hice yo para no actuar correctamente o sin dignidad? ¡No he cometido ningún delito!”
“Idiota, abandonaste tus estudios para casarte. Además, no te comportaste como una dama
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casada, fuiste infiel durante tu matrimonio.”
Carol se quedó sin aliento y se le puso la cara roja…
Al siguiente segundo, también se le pusieron los ojos rojos.
La mirada fija en Aspen, las lágrimas rodaban en sus ojos y su respiración se fue haciendo más pesada.
¿Ella era la idiota? ¿Acaso abandonar sus estudios para casarse fue su elección?
¿No comportarse como una dama casada? ¿Ser infiel durante su matrimonio también fue su elección?
Que la obligaran a casarse no fue su culpa, pero ¿ser infiel durante su matrimonio de quién fue la culpa?
Carol apretó los puños, mordió su labio y mantuvo la mirada fija en ese salvaje Ape… la ira llegó en un instante…
Aspen percibió el cambio en su estado de ánimo y con el rostro oscurecido,
“Fuiste tú quien preguntabas, y solo hablé porque me lo preguntaste. Tus trapos sucios del pasado no tienen nada que ver conmigo, pero mientras cuides a Miro durante este tiempo, debes comportarte bien y no darle un mal ejemplo.”
Carol lo miró, consumida por el sentimiento de injusticia.
¡Todos podían hablar de ella, menos él!
Su honor como mujer fue destruido por él, ¡su vida fue arruinada por él!
¡Y aún tenía el descaro de advertirle que se comportara bien!
“…¡Tú no eres una persona correcta para que me vengas a hablar de rectitud!”
Carol dijo esas palabras con tristeza y furia, salió del carro y cerró la puerta con fuerza, caminando a grandes pasos hacia la entrada del edificio bajo el frio viento.
Aspen se quedó sentado en el auto viéndola alejarse, con el rostro sombriu.
¿Ella lo estaba insultando?
¿Había dicho algo incorrecto?
Ella misma, con un pasado lleno de manchas, ¿y no se podía hablar de eso?
Si no quería que la gente hablara, ¿por qué hacía cosas vergonzosas?
Ser admitida en la Universidad de Puerto Rafe era como tener éxito en la mitad de la vida. conseguir un buen trabajo después de graduarse, no se trata de cuánto dinero ganarías, pero al menos podrías vivir cómodamente.
Pero mira su situación actual, jun buen juego de cartas jugado tan pobremente!
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Capitulo 133
Una mujer que parecía limpia y hermosa, pero al Investigar, estaba llena de manchas.
¡Ella debería estar regañándose a si misma, no a otros!
Aspen pensó que Carol estaba enojada porque él había investigado sobre ella, se quejó en su mente, fumó unos cigarrillos y luego regresó para estar con Miro.
No la tomó en serio.
Carol camino unas cuadras bajo el frío y la nieve, las lágrimas corriendo por sus mejillas, cuando el viento frio las tocaba, era como si un cuchillo le cortara la cara, una y otra vez, dolorosamente.