Capítulo 117
“El doctor dijo que es una malformación, sugirió interrumpir el embarazo.”
Carol se sorprendió. “¿Cómo que recién ahora se dan cuenta de que hay una malformación cuando ya está tan avanzado?”
“Uh–huh, yo me enteré hoy.”
Carol no pudo evitar echarle otra mirada a la chica, con una expresión complicada.
¡La chica la estaba mirando con cautela!
Sus miradas se encontraron, la chica frunció el ceño y luego bajó la vista, desviando la mirada.
Carol se quedó pensativa, ¿de dónde venía esa hostilidad hacia ella?
Nunca se habían visto antes, ni se conocían, ¿cómo es que se encontraban por primera vez y ya habia tanto rechazo?
¿Acaso ella le había hecho algo?
“No le prestes atención, hoy no está de buen humor, dijo Enrique, como si leyera su mente.
Carol desvió la mirada,
“Claro, encontrarse con algo así es preocupante. Dale consejos y si es posible, después de todo esto, mejor que vuelva a la universidad. Con tanto esfuerzo que le costó entrar, no puede desperdiciar sus estudios.”
Ella sabia lo difícil que era la vida sin una educación, después de haber sufrido por no tenerla.
“Yo también lo veo así. Después de la operación y un tiempo de recuperación, la haré volver a la universidad.”
“Claro, entonces mejor llévala a ver al doctor ahora. Podemos hablar más lue
“Vale, nos mantenemos en contacto por teléfono.”
“De acuerdo.”
Después de despedirse de Enrique, Carol continuó hacia la zona de hospitalización, mientras Enrique llevaba a su prima al ginecólogo.
Entrando al ascensor, Carol seguia divagando.
La mirada de esa chica hacia ella había sido extraña, como si la viera como una rival amorosa. ¿Pero Enrique no era su primo?
Y ella no conocía al novio de la chica, ¿de dónde vendría esa hostilidad?
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Capitulo 117
¿Estaba pensando demasiado? ¿O habla interpretado mal la situación?
O tal vez, ¿la chica sentía tanta hostilidad porque estaba de mal humor?
Si hubiera algo entre ella y Enrique, él no habría reaccionado tan calmado al verla, ¿verdad?
Además, ¿qué podria haber entre ellos si eran primos?
Carol decidió que estaba pensando demasiado y despejó su mente de esos pensamientos inútiles para ir a buscar a Iker.
Mientras tanto, la chica miraba a Enrique con los ojos enrojecidos y dijo sin más,
“Ella es ¿verdad?”
Enrique frunció el ceño, “Vamos a ver al doctor primero.”
La chica se soltó bruscamente de su brazo, visiblemente alterada,
“¡Te estoy preguntando, es ella, verdad?!”
La voz de la chica era alta, atrayendo muchas miradas curiosas.
La gente los miraba, con expresiones variadas.
Enrique la observaba con una expresión indescifrable, no se sabia si estaba enojado o no, y su tono era ni frio ni cálido,
“Si no quieres que te acompañe, puedo llamar a tu mamá ahora mismo.”
Esas palabras parecian haber tocado un punto sensible en la chica, quien tembló
violentamente y no se atrevió a hablar más.
Incluso hasta llorar de nuevo, ya no se atrevía a hacerlo en voz alta.
Enrique le pasó un pañuelo de papel sin dar ninguna explicación, como si ella no hubiera preguntado nada,
“El bebé definitivamente no se va a poder salvar. Sécate las lágrimas, espera que el doctor te llame.”
La chica recibió el pañuelo sin levantar la vista, sin atreverse a mirarlo, mientras las lágrimas seguían fluyendo.
En la habitación de lker.
Iker se alegró mucho al ver a Carol, “Her… hermana… hermana Carol…”
Carol sonrió y dijo, “Iker, llámame Carol nomás.”
“Ca…rol.”
“Así es, ¿cómo estuvo tu día, Iker?”
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“Feliz.
“¿Feliz, eh? ¿Alguna razón especial para estar tan contento? Cuéntale a Carol para que yo también me ponga feliz, ¿si?”
“Carol viene, feliz.”
Carol sonrió, “Al verte a ti, Carol también está feliz.”
El pequeño se alegró aún más al oir eso, parpadeando con los ojos brillantes de vida.
Rufina, conmovida, tenía los ojos llenos de lágrimas,
“Iker realmente te adora, solo se pone feliz cuando te ve.”