despreocupadamente. Ni siquiera se molestó en mirarla ni en mandarla a la puerta.
Ella respiró hondo después de cerrar la puerta. No era la primera vez que se sentía cansada. Esta vez, la sensación era mucho más fuerte que de costumbre.
…
En la Mansión Tremont, Arianne ignoraba por completo lo que le había ocurrido a Tiffany. Volvió directamente al estudio de arte después de comprar los materiales. Sólo se aseó y bajó cuando Mary la llamó para cenar.
Se dio cuenta de que cada vez que Mary la llamaba «señora», significaba que Mark estaba en casa.
Como era de esperar, cuando bajó, encontró a Mark sentado en el sofá hojeando una revista.
«Es hora de cenar», le recuerda Arianne.
Mark cerró la revista y se dirigió al comedor. No reaccionó ni la miró. Esto le resultaba extraño. Habían estado bien durante la cena en el Café White Water Bay. ¿Por qué estaba todo tan tenso hoy?
«¿Qué pasa?» Arianne preguntó suavemente en la mesa.
“¿Qué he hecho mal esta vez?».
Sus ojos brillaban con el anhelo de una situación más armoniosa. A pesar de todo, la pareja llevaba muchos años junta y ella no quería vivir en un estado de hostilidad todos los días.
Mark dejó los cubiertos y la miró con apatía.
“Will Sivan volverá el primer día del mes que viene».
Ella se sorprendió. Él ya lo había mencionado antes, pero ella nunca se lo había tomado en serio, ni podía entender por qué dejaría que Will regresara de repente.
“¿Por qué?»
Él entrecerró los ojos y soltó una mueca peligrosa.
“Por nada…»
Arianne mantuvo la boca cerrada al oír esto. Nunca se atrevía a mencionar nada sobre Will delante de él. Sólo faltaba una semana para el próximo mes…
Tiffany la llamó unos días después para darle la noticia. Sonaba absolutamente emocionada al teléfono. Para ella, los tres tenían una amistad inquebrantable.
Arianne sintió una extraña angustia. No sabía qué significaba el regreso de Will y temía anticiparse a cualquier cosa.
“Tiffie, hace tiempo que lo sé».
Tiffany se sorprendió.
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“¿Cómo lo sabías? Will mencionó que tú lo sabrías antes que yo, pero nunca se ha puesto en contacto contigo. Es que no os entiendo».
Arianne respiró hondo.
“Mark me lo contó hace una semana».
Tiffany hizo una pausa en silencio y luego dijo: «Ari, estás casada. Deberías mantener las distancias con Will, a pesar de todo. Con Mark cerca, ni siquiera pueden ser amigos. Sin embargo, quería que estuvieras al tanto de su regreso. Me alegro de que lo sepas».
Después de terminar la llamada, se quedó mirando el dibujo a medio hacer en su pizarra, lo arrancó y lo tiró a la papelera. Llevaba dos semanas trabajando en ese dibujo, pero al final no pudo terminarlo. Había perdido el humor y no podía seguir dibujándolo.
…
Arianne estaba tumbada en la cama, incapaz de conciliar el sueño a altas horas de la madrugada. No entendía por qué sufría de insomnio. Mark no estaba, pero hacía tiempo que se había acostumbrado. Era una cama tan grande que ni siquiera podía ocupar un tercio de ella.
De repente, oyó el ruido de un coche fuera. Entonces, alguien empujó la puerta. En la oscuridad, pudo ver claramente su figura alta y delgada. Tropezaba a cada paso. Había bebido y mucho.
Se hizo la dormida y trató de respirar con calma. Tal vez así podría pasar la noche tranquila…
Mark entró tambaleándose en el cuarto de baño. Cuando salió, sólo llevaba una toalla alrededor de la cintura. No se puso el pijama, sino que se fue directamente a la cama.
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