Capítulo 205
Lain estaba en el jardin infantil cuando su reloj en su muñeca vibró. Con una mirada astuta, se levantó y se dirigió al baño.
Debido a su interés en Aspen, también estaba pendiente de Paulo.
Así que cuando Paulo le bused, Lain se enteró de inmediato
Uno de los hombres de confianza de Paulo le mandó un mensaje:
“Hola, jefe. Mi señor necesita su ayuda urgentemente y ya le enviamos una muestra de nuestra sinceridad, por favor revisela”
Lain entrecerró los ojos al ver la imagen y se quedó de piedra.
¿Paulo quería hacer un trato con él usando eso?
¿Acaso Paulo tenía idea del valor de ese objeto? ¿Sabía lo dificil que era conseguirlo?
Ni siquiera él o Aspen tenían uno.
Se rumoreaba que Aspen habia estado intentando encontrarlo.
Y lo más importante, ¿quién no podría conseguir lo que quisiera con eso en la mano?
¿Qué estaba planeando Paulo que no podia usarlo él mismo y, en cambio, necesitaba buscar a Lain?
Después de pensar un poco, Lain le preguntó directamente:
“Si tienen eso, entonces pueden hacer cualquier cosa. ¿Para qué me buscan?”
La respuesta llegó rápido: “Mi señor dice que es valioso, pero solo puede usarse para una cosa, usarlo para otra sería un desperdicio.”
Lo que querian decir era que, al hacer un trato con él usando eso, podrían lograr mucho más.
Lain lo entendió: ¡Paulo Bello era astuto como un zorro!
“Puedo hacer el trato, pero solo me comprometo a hacer tres cosas por ustedes, siempre y cuando no vayan en contra de la moral o la ley y estén dentro de mis capacidades.”
Hubo una pausa antes de que respondieran: “Trato hechol¿Cómo le hacemos llegar el objeto?”
“Después les envío una ubicación. Dejen el objeto allí y alguien vendrá de mi parte y lo recogerá.”
“¡Entendido! Mi señor espera que pueda descubrir pronto quién rompió el sistema de seguridad del Grupo Regio Bello y les robó negocios por miles de millones en una sola noche.”
Lain entrecerró los ojos de nuevo. ¿Tenia que investigar sobre si mismo?
¡Revelar su identidad a Paulo estaba fuera de discusión!
Pero, siendo honesto en los negocios, tampoco podia simplemente engañarlo.
Necesitaba pensar bien su respuesta.
“Eso cuenta como la primera cosa. Cuando tenga la información, les enviaré los detalles.”
“Muchas gracias, esperamos con gusto trabajar juntos.”
Lain no le contestó y se quedó sentado en el inodoro, contemplando la foto del objeto, quedándose pensativo.
¡Paulo estaba apostando alto para enfrentarse a Aspen!
Y ese objeto era precisamente lo que Aspen habia estado buscando.
Si Lain divulgaba información sobre el objeto, ¿cómo reaccionaria Aspen?
Seguramente trataría de contactarlo y le propondría un trato por el objeto.
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Entonces, ¿podría usar eso para hacer que se divorciara de su mamá?
El objeto era valioso, pero Lain no lo necesitaba tanto por ahora. Además, comparado con el deseo de su mamá, ¿qué importancia tenía?
Pensandolo bien, usó su reloj inteligente para hacer algunos ajustes.
Pronto, la noticia de que Paulo queria hacer un trato con un hacker de élite usando ese objeto llegó a Aspen.
Aspen estaba en medio de una reunión importante, pero la canceló de inmediato y volvió a su oficina con un semblante sombrio. “La información es fiable?”
Abel le mostró la tableta:
*Si. Ya se está esparciendo en la red oscura. Fue el mismísimo Patrón Número Uno de Carolita quien publicó la Información.
Lain había usado el alias “Patrón Número Uno de Carolita” para publicar una actualización en la red oscura con la imagen que Paulo le había enviado y un mensaje que decía:
“Con la suficiente sinceridad, prometo que tus deseos serán órdenes para mí.”
Los comentarios eran una mezcla de shock y envidia:
“¡Dios mio! ¡Ha vuelto a aparecer! ¡Estoy en shock!”
“¿Quién busca al Sr. Patrón 1 y ha sacado eso? ¡Debe ser algo muy importante lo que pide!”
“El que tiene eso no puede ser una persona cualquiera, seguro que es alguien del gobierno.”
“He escuchado que nuestro gobierno tiene uno, ¡y las potencias extranjeras siempre lo han codiciado! ¿Será esa persona del gobierno?”
“¿Será que el gobiemo se topó con algún problema y espera que el Sr. Patrón le ayude a resolverlo?”
Y hubo quien exclamó sorprendido,
“¡Pensé que era solo un rumor, pero resulta que sí existe! Dicen que el que lo tenga… Dios mio! ¡Qué ignorantes hemos
sido!”